Lecciones de la Biblia, Profecías, Justicia Por La Fe
215.- “En su humanidad, Cristo formó un carácter perfecto, y nos ofrece ese carácter”. PVGM:311.
216.- “Cristo vino de las cortes de gloria, a un mundo contaminado por el pecado, y Se humilló hasta la humanidad. Se identificó con nuestra debilidad, y fue tentado en todos los puntos, como nosotros lo somos. Cristo perfeccionó una justicia de carácter aquí sobre la tierra, no para Su propio beneficio, porque Su carácter era puro e inmaculado, más para el bien del hombre caído. Ofrece Su carácter al hombre, si él lo acepta”. 3T:371-372.
217.- “La vida de obediencia del Salvador mantuvo las reivindicaciones de la ley; probó que la, ley puede ser observada por la humanidad, y mostró la excelencia de carácter que la obediencia había de desarrollar”. DTG:226.
218.- “Cristo redimió la desafortunada caída de Adán, perfeccionó un carácter de perfecta obediencia, y dejó un ejemplo para la familia humana para que todos puedan imitar el Modelo. RH, 10-06-1890”. 5CBA:1081.
219.- “Aun cuando fuese la majestad del Cielo, el Rey de la gloria, se volvió un niñito en Belén y, durante algún tiempo, representó el indefenso infante bajo los cuidados de la madre. En la infancia, procedía como niño obediente. Hablaba y actuaba con sabiduría de niño y no de hombre, honrando a los padres, y cumpliéndoles los deseos en cosas útiles, de acuerdo con Su aptitud infantil. Pero, en cada frase de su desarrollo, era perfecto, con la gracia simple y natural de una vida inocente. De su infancia dice el informe sagrado: “Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre Él”. Y de Su juventud, es narrado: “Y crecía Jesús en sabiduría, y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”. PVGM:83.
220.- “Como ocurre en la naturaleza, así es en la gracia; no puede haber vida sin crecimiento. La planta precisa crecer o morir. Como su crecimiento es silencioso e imperceptible, pero constante, así es el desarrollo de la vida cristiana. Nuestra vida puede ser perfecta en cada fase de desarrollo; sin embargo habrá un progreso continuo, si el propósito de Dios se cumple en nosotros. La santificación es la obra de toda una vida”. PVGM:65.
221.- “Como hijos e hijas de Dios, deben los cristianos esforzarse por alcanzar el elevado ideal colocado ante ellos en el Evangelio. No se deben contentar con nada menos que la perfección; pues dice cristo: “Sed pues perfectos, como es perfecto vuestro Padre que está en los cielos”. MJ:70.
222.- “Dios requiere el homenaje del alma santificada, que, por el ejercicio de la fe que obra por amor se haya preparado para servirlo. Él yergue ante nosotros el más alto ideal a la perfección del mismo. Pide que estemos completa y absolutamente por Él en este mundo, como Él está por nosotros en la presencia de Dios”. HAp:566.
223.- “Dios solamente aceptará los que están decididos a tener un blanco elevado. Coloca cada agente humano bajo la obligación de hacer lo mejor. De todos es requerido perfección moral. Nunca debemos rebajar la norma de la justicia con el fin de acomodar la práctica del mal, tendencias heredadas o cultivadas. Precisamos comprender que imperfección de carácter es pecado. Todos los justos atributos de carácter habitan en Dios como un todo perfecto y armonioso, y todo aquel que acepta a Cristo como Salvador personal, tiene el privilegio de poseer estos atributos”. PVGM:330.
224.- “Es deseo y voluntad de Dios que las bendiciones otorgadas al hombre sean concedidas plenamente. Providenció para que cada dificultad fuese vencida, cada necesidad suplida a través del Espíritu Santo. De estas manera es Su propósito que cada hombre perfeccionase un carácter cristiano. Desea que contemplemos Su amor, Sus promesas, concedidas tan liberalmente a aquellos que no poseen méritos por sí mismos. Desea que dependamos enteramente, con gratitud y regocijo, de la justicia otorgada a nosotros en Cristo. Ms 148, 1897”. 7CBA:932.
225.- “El ideal del carácter cristiano es semejanza con Cristo. Se encuentra abierta delante de nosotros una senda de progreso continuo. Tenemos un objetivo a alcanzar, una norma a alcanzar, la cual incluye todo cuanto es bueno, puro, noble y elevado. Debe haber continuo esfuerzo y constante progreso hacia delante y para arriba, rumbo a la perfección del carácter. 8T:64”. 1MS:605.
226.- “La obra de transformación de la impiedad hacia la santidad es continua. Día a día Dios opera la santificación del hombre, y el hombre debe cooperar con Él, desarrollando perseverantes esfuerzos para el cultivo de hábitos correctos”. HAp:532.
227.- “Sed vosotros perfectos, como es perfecto vuestro Padre que está en los cielos”. La obra de nuestra vida consiste en buscar la perfección del carácter cristiano, luchando continuamente para conformarnos a la voluntad de Dios. Los esfuerzos comienzan aquí en la tierra y continuarán a través de la eternidad”. 3JT:370.
228.- “Ante el creyente es presentada la maravillosa posibilidad de ser semejante a Cristo, obediente a todos los principios de la ley. Pero por sí mismos, el hombre es absolutamente incapaz de alcanzar esta condición. La santidad que la Palabra de Dios declara deber que él la posea antes que pueda ser salvo, es el resultado de la operación de la divina gracia, al someterse a las restringidoras influencias del Espíritu de verdad. La obediencia del hombre sólo puede ser perfeccionada por el incienso de la justicia de Cristo, el cual llena con la divina fragancia cada acto de obediencia. La parte del cristiano es perseverar en vencer cada falta. Constantemente debe orar para que el Salvador sane los disturbios de su alma enferma del pecado. Él no tiene la sabiduría o la fuerza para vencer; eso le pertenece al Señor, y Él los otorga a todos los que en humildad y contrición de Él buscan auxilio”. HAp:532.