Lecciones de la Biblia, Profecías, Justicia Por La Fe
"En su gran misericordia el Señor envió un preciosísimo mensaje a su pueblo por medio de los pastores Waggoner y Jones. Este mensaje tenía que presentar en forma más destacada ante el mundo al sublime Salvador, el sacrificio por los pecados del mundo entero. Presentaba la justificación por la fe en el Garante; invitaba a la gente a recibir la justicia de Cristo, que se manifiesta en la obediencia a todos los mandamientos de Dios... Es el mensaje del tercer ángel, que ha de ser proclamado en alta voz y acompañado por el abundante derramamiento de su Espíritu (1895, Testimonios para los Ministros, 91-92).
El núcleo del mensaje de 1888 consistió en un redescubrimiento de la justificación por la fe del Nuevo Testamento. Pero los mensajeros lograron eliminar la escoria de muchos siglos de árido debate. Su comprensión del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 según la luz de la purificación del santuario, restauró su visión al nivel de la primitiva pureza apostólica, e iba a preparar a un pueblo para la venida de Cristo. Veamos un ejemplo:
El justo vivirá por la fe. ¿Cuánto de la vida de un hombre debe ser justo? Todo, en todo momento, ya que el justo vivirá por la fe...
Ninguno de nuestros actos puede ser justo simplemente por la ley. Solamente por la fe puede un hombre, o cualquiera de sus acciones, ser justo. La ley juzga al hombre por sus obras, y esta es tan inconmensurablemente elevada que ninguna obra humana puede alcanzar su altura. Debe haber, por lo tanto, un Mediador a través del cual se pueda obtener la justificación...
Todos los actos de la humanidad están viciados...
En Cristo se encuentra la perfecta justicia de la ley, y la gracia de otorgar el don de su justicia mediante la fe. Los mismos profetas dan testimonio de ello, dado que predicaron la justificación en Cristo por la fe...
Una sola cosa es lo que un hombre necesita en este mundo, que es justificación. Y la justificación es un hecho, no una teoría. Es el evangelio... La justicia puede alcanzarse únicamente por la fe; en consecuencia todo cuanto sea digno de predicarse debe llevar a la justificación por la fe...
Necesitamos la justicia de Cristo tanto para justificar el presente como para hacer perfectos los imperfectos actos del pasado" (Waggoner, General Conference Bulletin, 1891, 75).
Nos sorprende que alguien haya podido suponer que la doctrina de la justificación por la fe lleve a un menosprecio de la ley de Dios. La justificación lleva la ley ante sí... Establece la ley en el corazón. La justificación es la ley encarnada en Cristo, puesta en el hombre, de manera que es encarnada en el hombre...
Cristo da su justicia, quita el pecado y deja allí su justicia, y eso efectúa un cambio radical en el hombre (El Camino consagrado a la perfección cristiana, 85).